Comenzamos un nuevo curso y como cada año nos reunimos con las familias de nueva incorporación al centro.
En la reunión hemos visto nuestro blog, explicado las posibilidades de participación y como pueden seguir las actividades en materia de igualdad y paz que llevamos al cabo en el centro.
Muchísimas gracias por vuestra asistencia.
PAUTAS PARA LAS
FAMILIAS Proyecto COE-PAZ
¿Qué
pretendemos
? Y ¿Qué podemos hacer desde las familias para conseguirlo
?
Educar a niñas y niños de manera que se conozcan a sí mismas
y así mismos y
desarrollen una adecuada autoestima,
independientemente del sexo.
Crear un clima
familiar basado en la comunicación, atención positiva y muestras
de afecto.
Evitar las
discusiones entre las personas adultas, el tono de voz alto y los
insultos y descalificaciones.
Mostrar al niño o
niña que le queremos mediante abrazos, besos y palabras.
Mostrarle afecto
(verbal y no verbalmente) por el simple hecho de ser quien
es, no
porque sea el mejor o la mejor en algo.
Prestarle atención
cuando la necesite: juegos, estimulación, escuchar activamente.
Hacerles sentirse
especiales e irrepetibles:
¡Para mí eres especial! ¡Para mí no
hay nadie como tú!
Tener expectativas
positivas independientemente del sexo.
¡De mayor podrás ser
arquitecta!
Descubrir cualidades
que le/la caracterizan:
¿Te has fijado en lo bien que dibujas?
¡Qué bien has ordenado tus cosas!
Señalar sus
características personales positivas:
¡Me gusta mucho cuando le
prestas los juguetes a tu amigo! ¡Aunque estás
enfadada, no has
tirado las cosas! ¡Qué ojos tan bonitos tienes!
Enseñar a niñas y
a niños a sentirse contentas o contentos ante las tareas bien
hechas:
¡Qué bien te ha salido ese puzzle! ¡Qué bien te has
puesto los zapatos!
No establecer
comparaciones entre hermanos y hermanas.
Reconocer las cosas
concretas que hacen bien:
¡Esta parte está tan bien pintada, no
te has salido nada!
¡Me ha gustado cuando has dicho buenos días!
Hablar de las
emociones propias y ajenas con naturalidad:
Algunas veces yo me
enfado mucho. Estoy un poco triste pero se me pasará.
Ese señor
está enfadado. Ya veo que estás muy enfadada o enfadado.
Permitir la
expresión emocional tanto a niñas como a niños.
Enseñar a esperar,
demorar los deseos.
Describir
comportamientos y no utilizar las etiquetas personales:
Has tirado
los juguetes y no Eres mala o malo.
Te has subido al sofá con los
zapatos puestos y no Eres un cochino o una cochina.
Has roto... y
no Eres un desastre.
Pedir cambios con
mensajes adecuados:
Cuando te llamo para cenar me gustaría que
vinieras a ayudarme a poner la mesa.
Cuando dejas todo tirado por
el suelo no puedo pasar, me gustaría que lo
recogieras todo.
Tolerancia a la
frustración. Intentarlo de nuevo:
Seguro que si lo intentas otra
vez te saldrá mejor. Esta vez te ha salido un
poco mejor.
Controlar los
propios impulsos:
Tengo que tranquilizarme, luego veré las cosas
de otra forma. Voy a contar hasta
10. A estas horas todos estamos
muy cansados, voy a pensar unos minutos.
Enseñar a colaborar
en tareas colectivas:
Vamos a poner la mesa para que podamos cenar.
Vamos a recoger la casa
para ir de paseo. Tu puedes llevar esta
bolsa y yo ésta otra.
Establecer límites
y normas.
Hacer elogios fijándose en las cosas que hace bien:
Hoy no te has
levantado del asiento en el autobús ¡Qué bien! te has puesto tú
sola
o tú solo las mangas del abrigo.
No anticipar el fracaso cuando las personas adultas y/o el niño o
la niña se
enfrenten a tareas o situaciones nuevas.
Escuchar las manifestaciones emocionales.
Poner nombre a los sentimientos y emociones personales de la niña o
niño, sean positivos o negativos:
Ya sé que lloras porque tienes miedo. Sientes cansancio. Sientes
rabia porque no
te he comprado el helado.
Potenciar la expresión de sentimientos positivos hacia las y los
demás:
Dile que estás contenta o contento porque te deja su
muñeco para jugar.
Aceptar los errores como algo natural e
intentar que el niño o la
niña los corrija
enseñándole a ver las causas y las
consecuencias así como a buscar
soluciones para repararlos:
Le
has mordido a esa persona y le has hecho
daño porque
estabas
enfadada o enfadado.
Ahora nos tenemos
que ir a casa y
no podrás
jugar en
el parque. Mañana
volveremos y le
tendrás que pedir
perdón.
Has roto el coche,
vamos a ver cómo lo
podemos
arreglar.
3.
Educar en la tolerancia. Ayudar al niño y niña en el aprendizaje
de resolución de conflictos.
Cuidar el lenguaje.
Evitar el uso de etiquetas y estereotipos ante
personas diferentes en función de sexo, raza, edad.
Evitar discusiones delante de las niñas y niños sobre problemas
que no
pueden comprender:
Deberíamos hablar más tarde de esto.
Evitar situaciones de hostilidad y revancha.
Hacer frente a los contratiempos cotidianos, evitando actitudes
derrotistas.
Mostrar en casa actitudes positivas ante los conflictos.
Cuando
aparece un conflicto dentro de la familia, enseñar los pasos para
la solución de conflictos:
Cuál es el problema.
Qué tenemos que
conseguir.
Qué alternativas hay.
Analizar las alternativas
(ventajas e inconvenientes de cada una).
Tomar una decisión.
Responsabilizarse de ella.
No utilizar la violencia verbal o física para resolver las disputas
familiares.
No hacer caso a las explosiones de ira o rabietas (retirar la
atención).
Practicar la empatía:
Comprendo lo que sientes.
No caer en las
manipulaciones:
Como otros padres y madres lo hacen,...
Si no se ve
claro, es mejor no hacerlo ni dejarlo hacer.
Habilidades de comunicación.
Practicar la comunicación positiva: reconociendo las cosas
positivas que
hemos hecho durante esa jornada y elogiándonos por
ello. Hacer elogios a las personas más cercanas fijándonos en las
cosas positivas que
hacen, así nos sentiremos bien y nuestra
relación mejorará.
No utilizar lenguaje derrotista cuando tengamos equivocaciones o
fracasos: habla contigo mismo/a como si fueras tu mejor amigo o
amiga.
Un error se corrige, un fracaso no.
Pedir colaboración en lugar de dar órdenes:
La cena va a estar
lista; ya puedes recoger los juguetes, te espero para
poner la
mesa.
Escuchar activamente: mirando a la cara, expresiones verbales y no
verbales de asentimiento, sin emitir juicios, poniendo nombre a las
emociones:
Te sentías triste porque no jugaban contigo.
Expresar las conductas que no nos gustan describiéndolas, sin
poner
calificativos o etiquetas sobre la persona:
No me gusta que
dejes todo tirado por el suelo en lugar de eres un desastre.
Me
enfado mucho cuando te llamo y no haces caso en lugar de eres sorda
o sordo.
Me da miedo que te sueltes de la mano cuando vamos por la
calle en lugar de
te portas mal.
Pedir disculpas cuando hemos cometido un error que le ha afectado
a
otra persona:
Perdóname, no quería hacerte daño.
Expresar críticas o malestar utilizando mensajes en primera
persona.
Hablar de cómo nos sentimos, por qué (describiendo la conducta) y
pedir cambios para la próxima ocasión:
Cuando vamos al
supermercado yo me siento mal porque tocas las cosas, espero que
otro día me ayudes a hacer las compras y no te vayas sola o solo
por ahí.
Fomentar los relatos y los juegos, ya que a través de ellos se
desarrolla la
competencia comunicativa para resolver con éxito
problemas como el de
la violencia, que es muy difícil tratar de
forma directa.
Fomentar los juegos infantiles, ya que a través de ellos, niñas y
niños aprenden a modificar situaciones sociales, a intercambiar
roles, a enseñar normas y relaciones, y a ensayar las habilidades
necesarias para
su vida adulta.
Fomentar la lectura diaria de cuentos, ya que favorece
el
aprendizaje de la lectoescritura, a mejorar la comunicación y a
desarrollar mensajes contrarios a la violencia.
Los relatos y los cuentos deben ser seleccionados y adaptados a la
edad de la niña o el niño y coherentes a los valores que
pretendamos transmitir.
Se deben utilizar como punto de partida para el diálogo y la
reflexión y
también se puede jugar a representar y a intercambiar
los papeles del
cuento.
Prestar atención al lenguaje que utilizan nuestros hijos e hijas en
las conversaciones con las demás personas, para conocer sus
actitudes y poder
corregirlas.
5.
Habilidades sociales.
Conseguir la adquisición de habilidades que
permitan a nuestras
hijas e hijos a relacionarse socialmente de una
forma positiva.
Fomentar las normas de cortesía: saludar al llegar y despedirse, al
levantarse y acostarse, dar las gracias y pedir las cosas por
favor.
Mostrar modelo de amabilidad y cortesía con las demás personas
delante
de los niños y niñas.
Hacer halagos ante situaciones y hechos concretos.
Desarrollar
empatía:
Ese niño o esta niña se sentirá muy triste porque
no
quieres jugar con ella o con él.
Expresar sentimientos positivos
ante las y los demás.